Ya no te escribo,
ya no te recuerdo,
ya no te pienso,
ya no perteneces a mi tiempo,
ya no te extraño,
ya no te deseo,
ya no te sueño,
ya no estas presente a cada instante.
Y así me miento,
un día a la vez,
sacando fuerzas,
de donde no tengo,
obligándome a continuar,
sin tu mirada y risa,
sin tus gestos y besos,
sin tu piel y movimientos.
Y así me miento,
enajenando sentimientos,
maldiciendo momentos,
erradicando estremecimientos,
negando paralelos,
ocultando cicatrices,
maquillando días sin gloria,
persistiendo sin tu aroma.
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