lunes, 20 de enero de 2020

Abu Simbel


Pasaba los días,
afilando los dientes,
transformando deseos,
en caprichos calientes.

Pasaba los días,
corrompiendo mentes,
moviéndose,
a ritmos impertinentes.

Pasaba los días,
enredando gente,
marineros tristes,
a cualquier soldado disidente.

Y en Abu Simbel,
amo por primera vez,
a quien prefirió sus ojos,
en vez de su cuerpo ardiente.

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