No me encontraba solo,
no extrañaba escenas o recuerdos,
mis quimeras,
hacían nichos sin tanta niebla.
No deseaba,
no me idolatraba,
no me lastimaba,
no me postergaba.
Y así llegaste,
sin exclamarte,
sin invocar tu nombre,
sin buscarte perteneces.
Y así el caos llego,
en mis días de calma,
con mis noches sin sabanas,
con este antojó de avalanchas.
Y así apareces,
removiendo pesares,
albergando dudas e instantes,
acostumbrándome a deleitar,
el desorden que causas.
no extrañaba escenas o recuerdos,
mis quimeras,
hacían nichos sin tanta niebla.
No deseaba,
no me idolatraba,
no me lastimaba,
no me postergaba.
Y así llegaste,
sin exclamarte,
sin invocar tu nombre,
sin buscarte perteneces.
Y así el caos llego,
en mis días de calma,
con mis noches sin sabanas,
con este antojó de avalanchas.
Y así apareces,
removiendo pesares,
albergando dudas e instantes,
acostumbrándome a deleitar,
el desorden que causas.
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