Y la trajo de vuelta,
esa marea de anécdotas,
los instantes prometidos,
sus ganas de vernos tan vencidos.
Volvió tan confundida,
en el ojo de la tormenta,
como cuando se alejó,
uno de esos días.
Reclamo sus dotes,
se instaló sin por menores,
en aquellos pedazos vacíos,
de mi corazón rompido.
esa marea de anécdotas,
los instantes prometidos,
sus ganas de vernos tan vencidos.
Volvió tan confundida,
en el ojo de la tormenta,
como cuando se alejó,
uno de esos días.
Reclamo sus dotes,
se instaló sin por menores,
en aquellos pedazos vacíos,
de mi corazón rompido.
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