No estas,
pero me haces falta.
Extraño tu voz,
aunque se pierda entre pensamientos.
Te escribo,
a pesar que no me leas.
Ya duermo al centro de la cama,
pero me despierto siempre en mi lado.
Aun preparo la misma cantidad de café,
no sobra y lavo menos platos.
Rio,
hasta de mí.
Te recuerdo,
entre mis mejores momentos.
Espero que estés bien,
sin que me importe nuestro pasado.
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