Me dedique a tus risas,
develarlas porque sí.
Me dedique a mirarte,
contemplarte única y delicada.
Me dedique a soñarte,
en cada madrugada.
Me dedique a besarte,
ese ahora y siempre después.
Me dedique a tus miedos,
luché por contenerlos.
Me dedique a escribirte,
tal vez fueron mis mejores obsequios.
Me dedique a extrañarte,
cuando dejabas mi piso.
Me dedique a ti,
casi por completo.
Me dedique,
casi profesando.
Me dedique tanto,
que hoy no estas.
Por fin aclaro,
lo mucho que perdí,
que ya no fui,
ni la sombra,
de lo que quise para mí.
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