Me parecía extraño,
escuchar tu nombre,
tan extraño en un principio.
Hasta que los besos pasaron,
y me fui acostumbrando,
a lo extraño que parecía.
Se calculó el acento,
se repitió constante,
se sintió luego tan perfecto.
Ahora,
que estoy a tu lado,
que me tienes de la mano.
Ahora,
que no puedo dejar de pronunciar,
dejar de repetir tu nombre,
en éxtasis me siento condenado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario