Despierto,
pienso en ti,
me preparo el primer café,
te escribo,
redacto cada línea,
como nace la mañana,
como en cada uno de mis días.
No es difícil,
contarte lo que siento,
mis recuerdos y estadía,
mis momentos sin salida,
anécdotas y alegrías.
Un segundo café,
comprendo lo que ayer fue,
me complementa saber,
que aún no pierdo la dicha,
de componer,
canciones y notas,
redactarme insatisfecho,
volver a escribir.
Quiebro las reglas,
no será en verso,
pero tampoco me miento,
cada párrafo lleva el sentido,
que quiero sin interpretar,
cada cual que lea,
como le parezca juzgar.
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