No soy el mismo,
me han cambiado,
también he lastimado.
Deje de ser,
invisible ante sus actos,
incomprensible padecer.
Tarde he llegado,
a recibir posada,
entre sus brazos.
No extraño,
los besos,
que nunca he dado.
No recuerdo,
su cuerpo,
por separado.
Y no culpo al tiempo,
tampoco a mi pasado,
fue un encuentro inesperado.
Odie sus silencios eternos,
síntomas,
para olvidarnos.
No tengo miedo al escribir,
culpa y olvidar,
a cada cual, condenar.
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