No soy un niño,
no busco recompensas,
no espero que sanes mi pasado,
no intercambio ofensas.
No,
no empeño mis ganas,
no traiciono de espaldas,
no juego a mi acomodo,
no cultivo maldiciones.
No,
no niego mis fantasmas,
no colecciono adicciones,
no empaño las miradas,
no cuestiono lo evidente.
Pero puedo,
verte de día y sin preocupaciones,
disimular cuando estas,
apostar sin blasfemar,
permitirme estar sin disfraz.
Puedo,
dejarte atrás,
confiarte mi malestar,
ocultarme cuando no estas,
dedicarme a tu bienestar.
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