No seré tu peor vicio,
pero tampoco el segundo en tu lista,
cuando decidas llamar,
en tus horas tristes,
donde reina la soledad.
Podre equivocarme,
cambiarte hasta el nombre,
confundirte entre rostros,
pero bien lo sabes,
contigo no me miento igual.
Puedo pedirte,
escenas indiscretas,
noches de bebidas,
hasta tus desdichas,
pero nunca tu despedida.
Si te hiero,
si te enojo,
si te espero,
es tan solo un capricho,
de mis días contigo.
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