Se marchitaban mis flores,
en tu inmenso jardín,
fueron días sin colores,
borrasca y decepción.
Aprendí inconforme,
a no sembrar intenciones,
en desiertos sin habitar,
cuidar de mis simientes.
Y recorrí caminos,
herede partes de destino,
me encontré de nuevo,
reconciliando mi cotidianidad.
Me siento dispuesto,
creo en lo que quiero,
espero inquieto,
lo que deseo llegará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario