En mi mediocre forma de escribir,
siempre me refiero a ti,
te dedico mis palabras,
o simplemente te escondo,
te digo mía,
o me conformo con tu asombro.
Te digito en tus formas,
revelo tu cuerpo,
también mi deseo,
tus caricias,
besos, gestos,
porque te añoro.
En mi ridícula forma de decir,
que me pierdo sin ti,
que te adoro,
idolatría de tus movimientos,
artemisa de mis temporadas intento,
darte cacería.
En mi cotidiana manera de decir,
que no me canso de quererte,
que siempre vuelvo a empezar,
que tu falta no me resta,
que eres sin igual,
que, sin ti, no conocería mi bien sobre este mal.
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