Tienes la llave,
que deja salir,
las cenizas,
del cataclismo,
que fui,
antes de ti.
Tienes el don,
de mirarme,
descubrir,
enseñas,
el camino,
que debo sortear.
Me haces,
sospechar,
que puedo dar,
en cada rastro al actuar,
todo un mundo,
infinitamente sin igual.
Girando,
a tu alrededor,
se eclipsan,
mis peores partes,
vuelvo a disfrutar,
de mi anhelada serenidad.
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