Debemos dialogar,
no comprendo tus miradas,
enseñas lo que está de más.
Debemos emancipar,
estas ganas tuyas,
de quererme doblegar.
Demonio de mis horas,
que despiertas mal estar,
escúchame sin reprochar.
Debemos conciliar,
el daño de tus noches,
pesadillas en mi actuar.
Debemos obligar,
demonio de mis días,
a sabernos invocar.
Darnos compañía,
dedicarnos al día,
juntos claudicar.
Demonio en mi vida,
no me dejes escapar,
en tus intentos quiero blasfemar.
Y llévame despacio,
por tus historias sin salida,
prometo, sorprenderme.
No me dejes en tinieblas,
contigo, puedo ser preso,
volverme a desencantar.
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