Nos reunimos a danzar,
reírnos de mis actos,
encender hogueras,
platicar de escenas,
beber hasta extasiar.
Mis fantasmas y yo,
hoy nos volvemos a encontrar,
en aquelarre de primavera,
todos bienvenidos,
aun aquellos condenados.
Poco a poco,
van llegando,
todos los exiliados,
comprometidos,
odiados y olvidados.
Haremos fiesta y cena,
con tu nombre en advertencia,
sin dolores o pena,
juntos como hace rato,
no nos disfrutábamos.
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