Me dejo llevar,
por mis instintos,
antes quietos.
Me deleito en el filo,
hacia el extremo,
todo parece perfecto.
Me trasformo indeciso,
penitente, exonerado,
y en libertad.
Cada señal,
que decido ignorar.
Me contemplo dueño,
de nuestro bienestar.
Y en el borde,
aun sin remordimiento,
visualizo el camino.
Decido librar,
acciones sin sentido,
que no pudieras anticipar.
Y así, me vuelvo a trasnochar,
cautivo, mal interpretado,
queriéndote igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario