Y entonces,
Llego el hastío,
Cansancio y su arrogancia,
La compañía de su desesperanza.
Y le dije:
No te quiero más,
No más cerca,
No te quiero en mis recuerdos,
Aquellos que enterré,
Que me costó tanto aceptar,
Para dejarlos atrás.
No te quiero más,
No más junto a los míos,
Por quienes lucho y camino,
A quienes amo y bendigo,
Por ellos, es que caigo, me lastimo,
Aquellos por quienes sobrevivo.
No te quiero más,
Asomada entre las sombras,
Con sus trajes de decepción,
Apatía, ridículo temor,
No te quiero más,
Entre lagrimas y sudor,
Dentro, fuero, a mi alrededor.
Y le dije a la muerte:
Llévame con un soplido,
Pero no me mientas más,
De una vez te digo,
Me entrego si eres capaz,
Te reto si me vez menos o igual.
No me salpiques con tus ganas,
De confundir y mendigar,
Llévame de una vez,
Y si no te parece ahora,
Si no eres capaz,
Si te jactas con sonrisas halagadoras.
Te doy mis 4 próximos días,
Soy tuyo y de nadie más,
Ven a mi encuentro,
Llévame si esto,
Es lo que debo esperar.
Pero no esperes mi ayuda,
Aquí estoy,
Tendrás que venirme a buscar,
De lo contrario,
En 4 días,
No tendrás ninguna oportunidad,
Nunca más,
Me volverás a escuchar.
Y dejaras libre,
El destino en mis días,
Lo nuevo, lo que quiero,
Lo que merezco en realidad,
Mi vida y mis miedos,
Serán mi fuerza,
Sera mi voluntad,
Mi única verdad.
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