Encadenado a tu cuerpo,
a tus palabras necias,
lecciones aprendidas,
que reiteradamente te inspiran.
Sujeto de tu ambición,
fusionado con tus miedos,
aprendiz de tuerto,
por ser rey entre ciegos.
Atado a tus te quiero,
pocos y adecuados,
inertes como el tiempo,
que nos lleva a tenernos.
Justo y complicado,
desaliento con deseos,
promesas en vano,
convertidas en pasajeros recuerdos.
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