Sobreviví,
al vacío que dejaste,
a tus palabras necias.
Sobreviví,
a la falta de tu presencia,
a los días sin mí.
A la abundancia de silencios,
a lo que nos prometimos,
a dejarme decidir.
Sobreviví,
a los cambios,
a una vida sin caminos.
A los besos que nos dimos,
las noches sin sueño,
los recuerdos prohibidos.
Sobreviví,
al escarmiento, la intención,
decisiones sin convicción.
Sobreviví,
a mis apuestas perdidas,
sin ninguna conclusión.

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