Tantas veces,
te creíste perdida,
lejos de tus sueños,
con la mirada dormida.
Aquellos recuerdos,
donde concluías,
que no fuerón tan ciertos,
sentías, la carga en el camino.
Sabias,
lo que decidías,
maltrataste,
cada uno de tus días.
Entiendo,
lo que no fue,
tu pasado cautivo,
las ganas de perecer.
Te pido,
que te antojes conmigo,
te acompaño,
a olvidar tu destino.
Escapemos juntos,
sin un lugar definido,
y convirtamos nuestros miedos,
en gratos momentos.
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