No me enamora mi pasado,
no me arrepiento de lo que he dado,
no miento cuando digo,
que escondo la pasión,
y me cuesta pedir perdón.
No te dedique lunas,
malvaviscos quemados,
pero si noches tu desnuda,
y mi pretérito cautivo e imperfecto.
No me disculpo por mis frases,
me han echado de lugares,
sin tu compañía,
pero aun, despierto en la misma oficina.
No busco una nueva bienvenida,
solo te aclaro,
que, en algún lado,
perdiste mi necesidad de despedida.
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