Talvez eras tú,
quien debía llenar vacíos,
remendar heridas,
satisfacer mi destino.
Quizá eras tú,
la parada en mi camino,
el intento concluido,
mi capricho concebido.
De pronto fuiste tú,
quien me enseño,
que cautivo,
no sobrevivo.
Ojalá fueras tú,
a quien espero,
complazco,
y deseo.
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