Te pienso,
lo digo y reitero,
no somos dueños,
de nuestros presentimientos.
Me gusta,
tu rostro perfecto,
palabras sin miedo,
ahora y en cualquier momento,
después de que te pienso,
me siento casi mi dueño.
Me gusta,
que nos creamos dispuestos,
arriesgar nuestro tiempo,
construir encuentros.
Me gusta pensarte,
sin consentimiento,
solo pensarte,
llenando de ti,
cada movimiento.
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