Hazme lo que quieras,
sin faltarle al deseo,
olvida ya los miedos,
que causan las mareas.
Incendia mis antojos,
de caricias y gemas,
déjame avivar la hoguera,
de tus cabellos rojos.
Y llévame despacio,
junto a tus ideas,
arrastrándome en tu cuerpo,
sin temor, sin pena.
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