Háblame,
de tus
noches sin aliento,
de tus días
serenos.
Háblame,
de cada invierno,
de las
pisadas que pierdo.
Háblame,
de cada
movimiento,
del
malestar,
de tus
tiempos,
de la
incertidumbre,
de tus
dones inciertos.
Háblame,
que soy
parte,
de tus
presentimientos…
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