Estaba yo, conmigo,
y apareciste para enseñar,
que me divierte disfrutar,
cada pequeña cosa que das,
entre antojos y cotidianidad.
Estaba sereno,
y aceleraste mi andar,
comencé a comprender,
que no existe medida,
mucho menos un solo lugar.
Prefiero, despertar cantando,
a sentir la tranquilidad,
de creerme completo,
abrazado a mi soledad,
prestando días sin pagar.
Estaba yo, sin ti,
y todo parecía tan normal,
aposte por mi libertad,
dejándome contigo cautivar,
mi mundo ya no es igual.
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