Tan arreglada,
llegaste a mí.
Atribulada,
nunca esclava.
Yo, tan cara pálida,
tú, decorando al andar.
Yo, con estas ganas,
de querer quererte.
Tú, cambiando,
las reglas al jugar.
Yo, armado,
hasta tus labios.
Tú, esquivando,
todos mis encantos.
Simetría ambivalente,
de gestos cotidianos,
que te pone en presente,
cada minuto sin verte.
llegaste a mí.
Atribulada,
nunca esclava.
Yo, tan cara pálida,
tú, decorando al andar.
Yo, con estas ganas,
de querer quererte.
Tú, cambiando,
las reglas al jugar.
Yo, armado,
hasta tus labios.
Tú, esquivando,
todos mis encantos.
Simetría ambivalente,
de gestos cotidianos,
que te pone en presente,
cada minuto sin verte.
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