lunes, 2 de noviembre de 2015

Sofia del Sol


A veces, aquellos que más amamos, no son los indicados.
A veces, aquellos a los que más necesitamos, son demasiado pocos.
A veces, aquellos que más soñamos, es porque no tan cerca están.
A veces, sin importar los errores, el cielo nos complace con bendiciones.
Te extraño tanto, tanto mi nena…

Cuando supimos de ti, me vi en la obligación de llamar a mis padres, a mis amigos, familiares hasta lejanos, fue esa dicha y alegría que no se repiten mucho en la vida…

Cuando supimos de ti, todo fue un cambio, deje tanto que me hacía daño y con el temor de la primera vez, tuviste cientos de rostros y varios nombres no tan hermosos, antes de conocerte.

Llegaste de una forma no esperada, pero muy deseada, entre hacernos los locos y compartir casi todo, sentimos hablando poco, que era el momento, para que nos escogieras. 

Decidiste enseñar, enseñarnos, cada día, con tu silencio o tus respuestas cortas y extremadamente inteligentes.

Tus ganas de vivir y tu arte al gozar de casi todo, quiero ser como tú.
Tus carcajadas incontrolables y las ganas de abrazarte no me caben dentro.
Tu única personalidad, que cuando te veo me hace respirar, con mayor intensidad.
Tu gran entendimiento de lo importante,
Tu indicada sensibilidad.
Tanto de ti que admiro, tanto de ti que adoro, tanto de ti que extraño…

Gracias por estar, gracias por enseñar, gracias enseñar lo que es amar, gracias por elegirnos, gracias por darme la felicidad de ser papa…

TE AMO.....

Gracias