Cuando la música suena,
y todo pasa sin pena.
Cuando me dejo idolatrar,
por tus palabras ajenas.
Cuando me convenzo una vez más,
por tus delirios con deudas.
Vuelvo a resistir,
me vuelvo a convertir,
me dejo sobrevivir.
Porque tus palabras,
se internan,
como dagas.
Porque tus mentiras,
impregnan cada malestar.
Porque tus dichos,
sacuden el alma.
Porque tus blasfemias,
las adoraba.
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