Cómo la belleza que te admira,
quién te ve, te rodea,
de miradas, gestos
antojo y el recuerdo.
Divina,
entre todas y cualquiera,
cómo ninguna yo quisiera,
adorar en tiempos de guerra.
Heridas luciría,
por tus besos y caricias,
tu piel en lugar de seda,
sonrisas y tú mis mil quimeras.
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