Cada mirada
perdida,
cada lado
de la cama,
nunca
compartido.
Volver a recorrer,
tu rostro
distinguido,
fue nuestro
camino,
tan
decidido.
Cambias,
revuelves
ilusiones,
por siempre
espero,
deseo, que
todo marche bien.
Fuerte como
piedra,
una y otra
vez,
golpeada en
rio revuelto,
una y otra
vez,
lo
intentas,
una y otra
vez,
no lo
lamentas.
Yo de ti debo
aprender,
una y otra
vez,
a no
olvidar mis destinos,
por
disfrutar,
lo que
ahora vivo.
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