Tú sonrisa y dicha,
que acaricia,
hasta mis viseras.
Gestos y halagos,
palabras sin prisa,
escucharte es descansar.
Si decidiera apostar,
sin querer dudar,
talvez podría transformar,
mis instantes, temores,
sensaciones en fuga,
cuando te veo disfrutar.
Soñarte se vuelve insuficiente,
recordar es obsequio,
cuando no estas.
Compañera en mis días,
maquillas de realidad,
mi cariño sin cuestionar.
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