Nada Igual

La vi llegar, 

no tan tímida, 

un poco madre, 

de nosotros los demás. 

La vi llegar, 

de negro, 

con extensión de cabello, 

chic, con su estilo nada igual. 

Única y sin cuestionar. 

Luego, 

nos fuimos, 

a donde suelo pasar, 

noches en cotidianidad. 

Platicamos, 

conjuramos la necesidad, 

compartimos recuerdos, 

nos dejamos cautivar. 

Única en realidad. 

Hasta sus abdominales, 

me mostro sin piedad, 

y aun así, 

la deje continuar. 

Me quedo mal, 

no volvió de madrugada, 

pero su aroma se quedó, 

impregnado en cama. 

Única en libertad. 

La vi llegar, 

dichosa, alegre, 

sapiente, hasta ahora, 

no deseo, 

nada nunca más.