En ese preciso instante,
Cuando tu mirada resurge,
Instalándose en el horizonte,
Me atrevo a imaginar…
Como ven tus ojos,
¿De qué color será tu verde?,
¿Qué tan nítidas son tus figuras en las nubes?,
Como vez aquello que describes,
Cuando algo pasa,
Y te hace sonrojar.
Me intento imaginar,
Como nombras tu realidad,
¿Qué palabras te gusta pensar?,
¿Dónde está tu acento mental?,
Sin importar cualquier recuerdo,
Que te genere sensación o aliento.
Me intento imaginar,
La posible mezcla de emociones,
Que compartes sin escatimar,
Que me tientan a abrazarte,
Tan fuerte y sin límite moral,
Que me atas sin deliberar.
Me intento imaginar,
Imaginarme en ti,
Para intentar responder,
Porque deseo tanto tu compañía,
Porque este delirio de verte,
Estas ganas enormes de besarte,
Esta necesidad de rozar tu piel.
Este placer al escucharte,
Esta sonrisa que no puedo disimular,
Estos sueños que despiertan mi descansar,
Estas molestias que contigo no molestan,
Esta inhalación que te quiero robar.
Para afirmarte sin dudar,
Que me ofrezco humilde en lo que soy,
Como guardián de tu tranquilidad,
Esclavo a tu necesidad,
Compañero en tu andar,
Escucha sin influenciar,
Ladrón de tus oscuros recuerdos,
Arquitectos de tus alegrías,
Alquimista de tus lagrimas sombrías,
Forastero en tus horas valdias,
Visitante de tus días,
Tu puerto para anclar…
Me imagino en ti,
Y me ofrezco así,
Porque en lo profundo siento,
Vibras muy dentro,
Que no solo eres conmigo en mí,
Mi objeto A,
Rodeable, abarcable, significante,
Pero siempre en libertad…
